Un paseo por el desierto

Al fin, las puertas de la ciudad. Tantas horas expuesto al sol habían mermado mis fuerzas considerablemente.
-Hoy tampoco ha habido suerte...-dije para mi-Ya probaré otro día.
Me dirigí hacia mi casa, en un barrio cercano. Cuando llegué, entré en mi habitación y me tumbé sobre la cama. Tenía que descansar si queria poder moverme mañana. Si me encontraba en condiciones, partiría hacia Secau y visitaría la Torre de Hechicería.