El Despertar del Sediento

Intenté abrir los ojos, pero sólo pude atisbar sombras.
Intenté escuchar, pero sólo había silencio.
Intenté tocar, pero lo unico que mi mano encontró fué la aspera y fría piedra.
Intente oler, pero el cargado y enviciado ambiente me hizo cambiar de idea.
Pero lo peor, lo peor fué cuando tome conciencia de mi boca.
La sentí seca, me ardía la garganta como si en ella tubiera alojado el infierno. Supe que podría beber ríos, lagos, mares, OCEANOS... y esta sed no desaparecería. JAMAS.
En ese momento, llevado por la desesperación comprimí mi mano en un puño y con toda mi rabia y mi frustración golpeé y golpeé aquella piedra que marcaba la frontera entre mi prisión y la libertad.
Al fín, la losa cedió, apartandose para dejarme libre.
Me levanté de un salto y extendí los brazos y alcé la cabeza hacia el cielo estrellado. Me sentía entumecido, como si llevara mucho tiempo sumido en un extraño letargo, en un sueño que no permite descanso. No me costó mucho atar cabos y darme cuenta de en lo que me había combertido. Y no me importó.
Ahora tenía todo el poder para acabar con aquellos que me lo habían arrebatado todo, y me sentí mejor que nunca.
Pero la sed bolvió a reclamar mi atención, y me puse manos a la obra para atajarla.
Me giré y comprobé que habían clabado mi antigua espada a dos manos ante mi tumba, a modo de cruz. Estaba decorada con cráneos y demonios con rubíes por ojos. La tomé con las dos manos y la arranqué. Me tome unos instantes para notar como su mango se fundía con mi mano, pasando a ser otra extremidad más de mi cuerpo.
Tras esto me encaminé a la verja del cementerio, buscando alguien con quien saciar mi sed.
Saliedo del cementerio, encotré a un hombre bestido de luto, que devía de retirarse a su casa tras llorar a algún ser querido. Hoy no iva a ser su día de suerte, desde luego. Lo tomé por el hombro para llamar su atención con una mano, mientras con la otra apretaba la espada con fuerza.
Sólo recuerdo su extremecida constreñida por el horror en la que se congeló su rostro. Tras un rapido movimiento, tajé su cuello y me centré en beber el preciado fluido carmesí que de el brotaba. Cuando terminé y la sed se sació, tomé los ropajes de aquel hombre y le puse mi poco estilosa mortaja (supongo que ahora el le daría más uso util que yo). Tras esto, comenzé a deambular por las desiertas calles, pensando en que hacer ahora...

Llegué de nuevo a la capital y sonreí. Al fin iría a la torre para perfeccionar mi magia y poder controlarme. Iba caminando de noche, cuando lo vi. Un muchacho de ropajes rotos salía del cementerio...y atacó a un hombre bebiendo de él. Ya no podía hacer nada por él, por lo que me limité a observar y cuando paró me acerqué a él y puse la mano en su hombro.

-No esta bien atacar a personas inocentes, ¿sabes?

Era un vampiro, sin lugar a dudas. Lo que me intrigaba era: ¿había salido de una de las tumbas?

Me giré hacia la chica que se acababa de dirigir a mi. Le lance una mirada de ostilidad, sin poder mantener el control de mi mismo. Apreté con más fuerza la espada y a punto estube de atacarla. Pero me fijé en que era como yo, y me relajé. Me hacerqué a ella y me aparté el pelo de la cara.
Articulé como pude una frase, atragantandome casi al hablar... supongo que aún tenía sangre chorreandome por la boca:
-Tenía...sed... mucha...

¿Tanta sed tenía? Supongo que era un neófito, un vampiro novato.

-¿Recién te han convertido?-dije llevándomelo a un callejón para que la gente no lo viese lleno de sangre.

Parecía un poco perdido. Sonreí a pocas penas, Baalberth lo hubiese matado sin más.

-No lo se... me desperté... hace poco... ally...-digo señalando al cementerio- no se exactamente como... no recuerdo mucho de mi vida anterior y... Dios, no se como puede estar pasando esto.
Tras decir esto me llevo las manos a la cara. Estaba asustado y no se lo que me pasa...
Unos instantes después, una imagen llega a mi cabeza, un recuerdo fugaz de mi vida pasada, pero estoy seguro de que es extremadamente importante.
-La torre... tengo que llegar ally. ¿Sabes como puedo ir? Porfavor, creo que tengo algo que hacer ally... pero no lo recuerdo muy bien... tengo la sensación de que poco a poco mis recuerdos anteriores a esta noche se estan desbanceciendo... porfavor, llevame ally.
Me doy cuenta de que la chica es muy guapa, y me quedo mirando sus ojos verdes fijamente.

¿También quería llegar a la torre? Eso nos llevaba al mismo camino...
Vi que me miraba y le miré, era un novato y no podía dejarlo solo, además que me pedía de corazón que lo llevase.

-Esta bien, puedes venir conmigo, también me dirijo a la torre-sonreí-pero mientras vayas conmigo solo cazaras animales.

No era una pregunta.

-Oh, gracias, bella dama, le aseguro que no le causaré problemas, no sabe el grandisimo favor que me hace. En cuanto a lo de la alimentación...-en ese momento me vino a la mente el humano del que me había alimentado, y el placer inigualable que me produjo beber su sangre- si le molestan mis habitos alimenticios... bueno, supongo que podré aguantar unos dias...
Guardé mi espada y me dispuse a seguir a la mujer. "Quizás". Aquella palabra se hacía eco en mi cabeza, reberverando y negandose a desaparecer...

No sabía el por que pero este chico me producía una sensación extraña, ¿quién sería en verdad? Además que había salido de un cementerio... bueno ya lo averiguaría, tampoco quería meterme en donde no me llamaban

-Esta bien vamos-dije para que me siguiera.

(offrol: seguimos en la torre ^^ https://shonaxrol.forosactivos.net/torre-de-hechiceria-f5/llegada-a-la-torre-de-dos-vampiros-t44.htm )