Libro de Shonax: El principio

Estamos escribiendo una historia de Shonax, si queréis participar debéis pedirlo. Sereís citados en la historia. Para pedirlo tenéis que tener un avatar con la apariecia de vuestro personaje, una historia y la ficha de personaje hecha.

Aquí pondré los personajes:

Solo hay 4 personajes principales:

-Shopyntia
-Baalberth
-Crysthal
-Cesar_Ripper

Los demás se irán añadiendo mientras se realiza la historia.


Prólogo

Un trueno rasgó la noche, iluminando el firmamento, mientras las campanas de la iglesia del pueblo tocaban las doce de la noche. Sus tañidos, claros como el cristal, resonaron en el bosque, donde una joven encapuchada corría a través de los árboles, huyendo de su inevitable destino. Corría todo lo que sus piernas le permitían, pero no era suficiente para eludir a su perseguidor. A lo lejos, en lo profundo del bosque, se podía escuchar un aullido cargado de emociones. Júbilo, alegría...y la emoción de la cacería. La criatura de ojos ambarinos, observaba como la muchacha corría a través del bosque y cada vez se acercaba más al poblado. Sonrió enseñando sus enormes colmillos, iba a ser una gran cacería.
El gran lobo echó a correr aullando a su compañera, la luna, la cual lo contemplaba iluminándolo con su blanca luz.
La joven escuchaba como se acercaba cada vez más, asustada gritó pidiendo socorro, sin embargo nadie le contestó, aunque en el pueblo la escucharon. Esa bestia les había estado atemorizando desde hace varios meses y no se atrevían a salir a cazarla. Lo habían intentado, habían contratado a dos cazadores viajeros, pero todos murieron a manos del gran lobo. Aquella joven, estaba perdida.
Un viajero anciano paseaba por una senda que llevaba al pequeño pueblo de Lorden, situado en la gran península de Araimit, cuando escuchó el grito desesperado de la joven seguido de los aullidos del lobo. Sonrió. Otra víctima de uno de los tantos seres que pierden su voluntad ante la luna. Con su cayado, siguió andando escuchando como la bestia terminaba su trabajo. Y es que no era a él a quien le tocaba salvar a ese ser ni a la chica, él se alimentaba de la desdicha y la tristeza de los demás, era néctar en sus labios.
Un cuervo se posó en su hombro, trayendo consigo un pequeño papel en su pico, el cual dejo caer en la mano del hombre. Sonrió y se fue andando entre la siniestra niebla que rodeaba el camino.

-Nuestro mundo esta corrompido por una fuerza que está más allá de nuestra imaginación, solo ahí oscuridad y eso ha de acabar... ¿verdad Anthor?-le dijo a su cuervo acariciándolo-esos jovenes lo conseguiran... sino los conduciré a la puerta.

El nigromante esbozó una sonrisa y desapareció en las sombras, llevándose consigo la niebla, dejando ver el cadáver de la joven destrozado.

Apuntame uno a mi Shopy ^^

UOOOO

Yo.... ME APUNTO!!!!!!

^^

Me apunto!
Tiene pinta de ser interesante. Si es necesario avatar sólo es cuenstión de tiempo que encuentre uno que me guste. Igualmente tiene buena pinta!

No te puedo poner aun, necesitas tener una historia, ya que tu personaje no puede aparecer de la nada xD
Cuando la tengas te pongo ^^

¡Pues ya tengo historia!
Tengo curiosidad por ver como va esto...

El viento soplaba con fuerza, pareciendo que susurrase a todo aquel que le escuchaba. Nos encontramos en pleno invierno, en las afueras de Malac, donde una tempestad se ceñía sobre sus habitantes y sobre un viajero encapuchado, que luchaba con todas su fuerzas contra la tormenta. Sus huellas eran borradas por la nieve, junto a las de su compañera de viaje, una joven yegua de crines negras y piel marrón oscura, que siempre iba con él.

-Aguanta pequeña, ya casi estamos-le dijo el muchacho a su montura, acariciándole el lomo, mientras seguían andando.

Ya faltaba menos, casi estaban en su destino. A lo lejos se podían divisar sus murallas y sus torres de vigilancia. Una sonrisa triunfal surcó su cara. Había llegado.
El gran portón se abrió lentamente, chirriando, dejándoles pasar a la amplia ciudad nevada. Se dirigió a una posada de la zona a descansar y a tomar algo. Dejó a Galatea, su montura, en los establos y entró en el local. Estaba lleno de gente de toda clase, desde apostadores y gente de mal vivir, hasta ancianos hablando entre ellos y niños jugando. El local era barato, no era de extrañar que hubiesen tanta gente.
Se acercó a la barra, donde estaba una mujer de mediana edad sirviendo. Se sentó, quitándose la capucha, dejando ver su pelo moreno.

-Disculpe, ¿podría ponerme algo de comer?-dijo sacando unas cuantas monedas de plata.

La tabernera asintió gustosa.

-Por supuesto guapetón, te pondré lo que gustes-le respondió la mujer morena guiñándole un ojo y entrando en la cocina.

Él no sabía si reirse o por el contrario hacer una mueca. Esa mujer podría ser su madre. Suspiró y notó algo extraño. Alguien había entrado en el local y su sexto sentido le decía que no era humano.
Una joven de largo cabello rubio y ropajes negros, entró en el establecimiento y nadie se percató, pero él si. Era un cazador, llevaba toda su vida cazando monstruos y había obtenido una habilidad especial para detectarlos, la cual era muy útil. Se sentó en la barra, dos sillas alejada de él, esperando que la tabernera saliera de la cocina.
El joven la observó de reojo y reconoció lo que era.

"Vampiro"-pensó él, frunciendo el ceño.

Al fin la mujer salió, dándole un plato de lentejas con un poco de cerveza, mientras lo miraba insinuante.

-Disculpe, ¿podría darme la llave de algún cuarto para hospedarme esta noche?-pidió educadamente la muchacha, sonriendo un poco.

No se le había pasado por alto las insinuaciones de la mujer al chico y eso le hizo gracia. La tabernera le dio la llave y se marchó a atender a un hombre borracho de la otra punta de la barra.

-¿De qué te ríes?-preguntó él molesto, ahora, mirándola fijamente.

No se había dado cuenta, de que parecía completamente humana y eso lo extraño mucho, pero no se acobardó.

-No me río de nada, chico-le dijo ella seriamente, ya sin ningún rastro de sonrisa en su rostro.

Apretó los puños mirándola. Al salir de allí la cazaría por humana que pareciera, era un vampiro y ellos dañaban a los suyos. Debía morir.
Entonces cuando el cazador iba a replicar, una pequeña cabellera azulada se puso en medio de ellos, con cara de disgusto.

-Aquí no se pelea, se descansa-replicó ella.

Ambos se sorprendieron. ¿Qué hacía un ángel allí? Sus alas blancas la delataban. Era una adolescente, tendría unos trece o catorce años y sus ojos azules resplandecían como el cristal.

-¿Cómo os llamáis?-nos preguntó mirándonos fijamente-mi nombre es Crysthal.

Su nombre era perfecto para ella.
Ambos la miraron y respondieron a la vez.

-Mi nombre es Baalberth.
-Mi nombre es Shopy, un gusto.

Se dirigieron una mirada, Baalberth hizo una mueca y ella desvió la mirada. La chica ángel sonrió. Aquel era el comienzo de una nueva amistad para los tres, aunque no lo supieran.

(Sino les gusta algo que no va con el personaje, me lo decís y cambio, y Cesar_Rypper tu saldras en el siguiente ^^)

Te ha quedado muy bien Shopy, tengo ganas de ver lo que sucede. Sigue escribiendo.