Abarknot, el joven dragón [Privado]

Recibí un pergamino en garras de un halcón peregrino. Era el consejo de la academia Sword, me encomendaron la misión de defender un dragón. Este era joven y ya quedaban pocos en su especie, todo ejemplar era necesario. Tenian un gran valor por sus glandulas igneas y sus escamas, puesto que eran mas duras que el propio acero.

Abarknot, era el nombre del dragón, se encontraba en una sima. Fui siguiendo el mapa hasta llegar al enorme pozo, sabia que el dragón era demasiado joven para hablar, pero si que me entendia.

-Abarknot, he venido a defenderte en nombre del consejo de Malac - Grité desde lo alto de la sima para que me escuchase.

No hayé respuesta verbal alguna, pero si una gran cortina de humo que provenia que salia por el enorme agujero. Acampé alli mismo, coloqué una pequeña lumbre y me dispuse a descansar esperando a mis adversarios, habia sido un largo viaje.

Tras varias horas volando, llegamos al volcán donde se suponía que estaría el joven dragón.

-Es aquí bajemos.

Descendimos y guardamos nuestras alas, encontrándonos con algo inesperado. Baalberth, el cazador, estaba acampando en la entrada a la cueva. ¿Qué demonios hacía allí? ¿Iba a cazar al dragón?
Estaba realmente confundida.

-Baalberth, ¿qué haces aquí?-le pregunté acercándome a su tienda.

-Y este humano de donde ha salido?- le pregunto a Shopy.- ¿Es parte del reto del Anciano?. Bien, empezaba a sentir sed.
Mientras digo esto, una sonrisa siniestra se dibuja en mi cara mientras me pongo en posición de ataque, con la espada desenvainada

Vi a Shopy aparecer entre los arboles y me levanté rapidamente. Me alegré de verla... al principio.

-Baalberth, ¿qué haces aquí? -me preguntó, ¿pero que hacia ella?

-Pues defen... - Derrepente aparecio otro vampiros con la espada desenvainada y con ganas de marcha. - Estoy aquí para defender a Abarknot -dije respodiendo la pregunta de la chica mientras me ponia mi yelmo - No quiero matarte Shopy, no me hagas acerlo. A ti chico monstruo sera un placer.

Agarré con fuerza el mango de mi mandoble mientras lo extraia de su funda colgada en mi espada. Me coloqué en posición de defensa y conboqué el hechizo de espada luminosa. Esta empezo a arder con una llama azul y blanca. Mientras que con la otra mano creaba una potente luz cegadora.

-Que empieze el juego- De nuevo volvia a sentirme un cazador de monstruos.

Me sorprendí, casi llegué a palidecer... casi. No me quería atacar, pero lo haría si fuera necesario y mi misión consistía en conseguir la garra... pero no quería atacar al animal.

-Baalberth, no queremos hacer daño al dragón, ¿verdad?-dije mirando al joven vampiro al ver su posición de ataque.

No quería peleas, y mucho menos si iban en serio. Me fijé en su espada y de nuevo quedé sorprendida. Era un caballero de la orden.

-Sólo queremos una garra... No queremos problemas...
<...
Bajo el arma pero no la suelto.
-Tenemos prisa y no queremos interferir en tu misión. No vamos a dañar al animal, si es posible, preguntaselo a él. Estoy seguro de que sera capaz de razonar y darnosla el mismo.

-¿Que necesitais de él? seguramente quereis matarlo para cojer sus glandulas igneas, malditos chupasangres- En ese momento me vino a la cabeza cuando Shopy me mordió. Agité mi cabeza, no debia pensar en nada mientras luchaba.

Salté dentro de la sima buscando seguiridad en el dragón. Un dos contra dos seria más entretenido. No lo veia por ningun lado, pero aun asi seguí saltando roca tras roca para llegar hasta el fondo. Estaba oscuro pero mi espada me iluminaba el camino.

Aún habiéndole dicho que no queríamos atacar al dragón, el parecía no estar convencido. Esperaba que las cosas no se pusieran muy feas.

-Vamos-le dije a Astaroth entrando en la cueva.

El volcán permanecía inactivo, por lo que no había peligro ninguno. Le seguimos de cerca; él nos llevaría hasta el dragón.
Mientras ibamos avanzando, se podía ver como las paredes brillaban cada vez más intensamente. Tenía joyas incrustadas en sus paredes. Era el tesoro del dragón.

-El humano es tozudo... al final vamos a tener que luchar. Pero tampoco es que me aga mucha gracia tener que luchar contra un dragón. Espero que atienda a razónes...

Llegé al fondo de la sima y allí un grandioso dragón negro encima de una gran roca clavaba su mirada en nosotros. Exhalo una gran bocanada de fuego, de la cual el sonido retumbó en las paredes de aquel gran foso.

Me dijeron que era joven y pensaba que seria algo pequeño, pero claro estos seres podian llegar a vivir siglos y no era de extrañar que un dragón joven ya tubiese esas dimensiones. Me coloqué varios metros delante de la hermosa criatura con algo de miedo al darle la espalda, pero ante todo eran honrados.

-¡Venga venir, hos estamos esperando! - Les grité mientras ambos seguian mis pasos bajando entre las piedras de uno de los laterales de la sima.

Lancé varios rayos al chico vampiro que colisionaron contra las paredes armando grandes derrumbes.

- Me has decepcionado chica vampiro- Dije para mi mismo pensando en que debi haberla matado cuando tube ocusasión.

Esquivé las rocas con facilidad y contemplé a la hermosa criatura. Un dragón negro, de ojos rojos nos contemplaba atento a cualquier ataque, listo para defenderse y atacar. Me dirigí hacia el dragón.

-No queremos atacar, solo queremos una garra.

No sabía si sería racional con nosotros. Maldito viejo mago demacrado, mira que darnos esta misión.

Esquivécomo puedo los rayos que me lanza el caballero. Entonces, ví l dragón, negro, majestuoso. La simple idea de matarlo me repugnaba. Me hacerco lentamente a ellos.
-Porfavor, señor, no queremos causarle ningún daño... únicamente requerimos una garra suya, y le rogamos que nos la conceda, ya que es de suma importancia para nosotros. Porfavor, comprendanos- digo mirando al dragón.- No aga caso de este hombre que, obcecado en cumplir su misión, ha olvidado la capacidad de escuchar y de razonar.
Dios quiera que me escuche...

Agité mi espada pasandola a un par de centimetros de la cara del vampiro.

-Malditos seres, solo valeis para alimentaros de gente inocente escondiendoos en las tinieblas. Acabare con vosotros al igual que ya he hecho con cientos de vuestra especie - Arrojé al vampiro un par de metros hacia atras de una patada. Coloque mi espada apuntando a la cabeza de Shopy - Alejate de él - Le aconsejé a la chica, esta vez si lucharia.

Coloqué el puño en mi corazon e invoque una barrera protectora. Un aura amarillo aparecio a mi alrededor volviendome inmune a cualquier tipo de ataque.

-Deberies pasar por encima de mi cadaber si quereis dañar a Abarknot.- les contesté fruenciendo el ceño y apretando la mandibula.

El dragón alzó el vuelo y se coloco unos metros por encima nuestra. Hacia un gran viento, podia notar cada aleteo.

(Barrera protecta: Restantes 3 Post)

El dragón no nos escuchaba y lo empeoraba el viento, por no contar al cazador. Él me dijo que no le gustaba lo que hacía, mentira. Yo ya sabía que nos consideraban monstruos, pero aún así me entristecía. Nosotros no pedimos ser así, pero claro eso nadie lo comprendía. Había hecho mal en acercarme a ellos, nunca debí salir del bosque y ahora que me apuntaba con el filo de su espada, se acabó.
No dije nada, tan solo saqué mis alas y lo miré fríamente. Todos los humanos eran iguales.
Alcé el vuelo dirigiéndome hacia el dragón con mi guadaña. Le cortaría la garra y nos iríamos.

-Astaroth, mantén a raya al cazador-le dije volando a gran velocidad hacia al dragón.

-Astaroth, mantén a raya al cazador-me dijo la chica mientras alzaba el buelo.
-Je, eso esta echo.-digo, mientras me lanzo contra él con una sonrisa siniestra en la cara.
-Tu... ¿te atrebes a llamarnos monstruos?, ¿tu, que sólo vives para matar lo que tus amos te mandan, sin pensarlo?. Puede que yo sea un monstruo, pero tu... ¡Tu eres un Automata!. Gentuza cómo tu, que se decían portadores de la verdad y blandiendo el bien supremo me arrebataron cuanto tenía. Sólo mereces mi desprecio y un lugar en el infierno. Lo primero ya lo tienes, y lo segundo... ¡Lo segundo te lo daré en un instante!.

Ignoré los golpes del chico, mi barrera era lo suficientemente fuerte para deterlos. Vi que la chica vampiro alzó el vuelo rapidamente intentado ir a por el dragón. El cual parecia estar dispuesto a calcinarnos a todos.

-Huye si quieres vivir - Le dije al vampiro.

Corrí rapidamente hacia uno de los laterales y comenzé a trapar lo más rapido posible. Ese dragón iba a matar a Shopy si no lo impedia y algo dentro de mi me decia que no era como los demas vampiros. Aun que mi cabeza realmente lo dudase.

La chica se paró unos metros delante de la cara del dragón y me dio tiempo para llegar tan alto como pude. Vi que su cabeza se disponia a echar una gran llamarada de fuego. Salté encima de la chica placandola y haciendonos caer contra el duro suelo de piedra. Miré hacia el dragón, todo estaba lleno de fuego y se acercaba rapidamente hacia donde nos encontrabamos. Me coloqué encima de Shopy para protegerla del fuego, todo se tornó de un color rojo y podia sentir el calor rodeandonos.

De nuevo todo volvió a la normalidad, mi barrera habia desaparecido, pero logró aguantar la llamarada. Me sentia muy devil, habia gastado toda mi energía dandole poder a mi barrera y ahora apenas me sentia con fuerzas para levantarme. Unicamente me quité de encima de Shopy y vi que se encontra bien.

-Shopy... - vocalicé sin emitir ningun sonido

Fui volando hasta el dragón y le pedí con cuidado la garra, sin embargo no entró en razón. Abrió su gran boca lanzando una gran llamarada. Alguien me tiró al suelo y se puso encima mía llevándose de lleno la llamarada.

-Shopy...

Esa voz...¿era de Baalberth?
En efecto, era él, me había protegido de las llamas. No entendía nada. Me había salvado la vida, ¿me consideraba su amiga?

-¡Hey!-lo llevé lejos del dragón, dejándolo acostado contra una pared-volveré enseguida.

Volví hacia el dragón, no le haría daño, solo le cortaría un poco. Sin que se diese cuenta, le corté una pequeña garra de un pie y volví a por el cazador.

-Astaroth nos vamos-dije cogiendo como podía a Baalberth y sacándolo de allí volando.

Seguro que el dragón no se quedaría tranquilo sin más.

- Bien- digo solamente, sacando mis alas y llendo tras de Shopy.
-¿Por que nos a alludado?, ¿no quería matarnos?. No comprendo a este humano...- le digo a Shopy, mientras a mi lado aparecen mis cuervos, volando a la par.

Shopy me sacó de la sima volando y el chico vampiro la seguia. Me dejó en el suelo entre los arboles ya bastante lejos del pozo y me levanté como pude apoyandome en mi espada.

-¿Por que nos a ayudado?, ¿no quería matarnos?. No comprendo a este humano...- Le preguntó el vampiro a Shopy

-Ya teneis lo que queriais, ¡Ahora iros de aqui! - Había salvado a Shopy y ella también a mi, pero aun asi no podia perdonarla, por ahora.

- Tu vampiro - dije mirando a Astaroth - Nos volveremos a encontrar pero cuando lo hagamos, solo quedara uno en pie, asi que hazte fuerte.

Me caí de nuevo al suelo y apoyé mi espalda contra el tronco de un gran arbol. Necesitaba descansar.

Lo miré y suspiré. Era un cabezota.

-Astaroth, ¿por qué no te adelantas y le llevas la garra al viejo?-le pregunté mirando a Baalberth-tengo que hablar a solas con el cazador.

Ahora zanjaríamos el asunto.

-Bien, humano, que así sea. -le digo, cuando oigo a Shopy:
-Astaroth, ¿por qué no te adelantas y le llevas la garra al viejo?-me preguntó mirando al Cazador-tengo que hablar a solas con el cazador.
-Bien, si no nos damos prisa, no nos dejará entrar en la Torre. - miro de reojo a los dos.- Bueno, os dejo sólos. Hunin, Munin, nos vamos. -digo mientras los cuervos y yo alzamos el vuelo a la par hacia la torre.

Vi que el vampiro se alejaba velozmente con dos cuervos siguiendole. Al parecer Shopy queria decirme algo y no tenia idea de que, no sabia si me odiaba o aun habia algo bueno dentro de ella.

-¿Qué piensas hacer ahora? ¿Acabar lo que no hicistes en aquel bosque? - le dije mientras la miraba.- Hazlo rápido.

Agaché la cabeza esperando que acabase conmigo, supongo que debiamos ser enemigos. Ella era un vampiro y yo odiaba a su raza por lo que me hicieron. Nunca me habia preguntado si habia vampiros que no se dedicasen a matar cruelmente hasta que la vi a ella, pero ahora me doy cuenta que todos son unos asesinos...

-Cuida de Galatea - dije despediendome.

Me despedí con la mano de Astaroth y miré con el ceño fruncido a Baalberth.

-Si te voy a matar, ¿por qué demonios te salvé?-le pregunté mirándolo fijamente.

No lo quería matar, no me gustaba hacerlo... lo odiaba.
Se veía muy debilitado, tal vez por eso decía incoherencias, aunque lo dudaba encarecidamente.

-Y lo de aquella vez...nunca debió suceder, no debí morderte.

Ya le había pedido antes perdón, no lo volvería a hacer.

De nuevo la miré fijamente, lo del mordisco nunca debio pasar. Unicamente temia que hiriese a alguien, fue culpa mia. Aun desconozco la respuesta por la que actue asi.

- Entonces que quieres de mi... - suspiré - eres muy confusa, siempre que estoy contigo me sorprendes. Unas veces para bien y otras para mal. No se que pensar ti... ¿Me ayudas por favor? - le pregunté tendiendo mi mano para que me ayudase a levantarme.

Algo de mí me decia que no era mala, pero por ahora no la juzgaré. Ni para bien ni para mal... veré que ocurre y decidiré sin pensar en mi pasado y en lo que ella es, puede que la culpa sea mia y que no lo pueda ver.

Sonreí un poco al escucharle hablar. Con que confusa eh... tal vez llevase razón, siempre había sido así.

-Claro-contesté cogiéndole la mano y levantándolo usando mucha fuerza, aunque sin demostrarlo- ¿necesitas que te lleve a algún lado?

El viejo cascarrabias del maestro se iba a enfadar sino iba pronto, pero me daba igual. Prefería ayudar a un "casi amigo" en apuros.